Antonio Morillas Rodríguez

Reflexiones

 

ALGUNAS REFLEXIONES PERSONALES

  

ANIVERSARIO DE BODA 10/3/2016

 

 

Hoy 10 de marzo se cumple el 43 aniversario de mi matrimonio con Lola Páez.


Fue una boda complicada porque era el 242 matrimonio civil de Sevilla, desde que se aprobó la Ley, y tanto el Juzgado, como la Iglesia, trataban de poner todas las trabas posibles para que se pudieran celebrar. Se habían celebrado bodas civiles de protestantes, testigos de Jehová y otras sectas religiosas, pero celebrar una boda de ateos era demasiado para ellos.


De entrada, para poder casarse por lo civil había que presentar un certificado de apostasía en el que figurará que habías renunciado a la religión católica, que nos costó unas cuantas semanas saber donde coño había que sacarlo, porque del Arzobispado te enviaban a la parroquia y al revés. Al final era asunto del párroco.


Yo no tuve problemas porque mi párroco, el de la Macarena de Sevilla, era un hombre abierto, que me conocía desde que nací, sabía mi forma de pensar y me firmo el certificado sin pega alguna. Era un buen hombre al que recuerdo como Don Manuel, pero no recuerdo su apellido.


Por contra, el párroco de Lola, de la parroquia de Su Eminencia, bastante más joven y, desde luego, bastante imbécil, se negó en tres ocasiones a firmar el certificado, hasta que nos cabreamos y casi violentamente se lo exigimos y accedió. Esto nos llevó varios meses.


Después de varias entrevistas en el Juzgado, por separado por supuesto, en la que nos preguntaban si estábamos convencidos de lo que íbamos a hacer, tratando de presionarnos, hasta el punto de que mis entrevistas duraban tres minutos y con Lola se llevaban 20 minutos, celebramos la boda en los Juzgados del Prado y el Juez más bien parecía querer condenarnos a algo, que hacer un acto lúdico y festivo. En varias ocasiones se dirigió a los asistentes en plan autoritario, bastante ridículo.


Tomamos una humilde copita en el piso que teníamos alquilado en Rochelambert y continuamos nuestra relación de pareja, que habíamos iniciado en septiembre de 1972, pero ya con papeles.


Dejo la historia posterior por puro pudor, aunque no puedo dejar de decir que esa unión es, probablemente, lo mejor que me ha pasado en la vida, junto a tener el fruto de la misma: Tamara y Fernando.


Por cierto, a lo que iba cuando he empezado este comentario, cuando me juzgaron en el Tribunal de Orden Público el 20 de septiembre de 1973, me pareció que estaba en el mismo juzgado y con el mismo juez, aunque fuera en Madrid y me jugará 5 años de cárcel.


Hoy tengo la triste impresión de que el poder judicial es el mismo, que sigue funcionando con la misma estructura en este país, con honrosas excepciones, a las que se cargan, como el caso del Juez Garzón.


Que pena ¿no? Y que injusticia

 

 

conversación con josé ropero peláez

 

ROPERO.- Antonio si la memoria no me falla, tu fuiste detenido en Algeciras en el Extremadura 15, haciendo guardia,¿me equivoco ?.

 

ANTONIO.- Exactamente, el 22 de marzo de 1972

 

ROPERO.- Desgraciadamente el Cabo primero en el que cayó esa responsabilidad, además iba acompañado por otro soldado que también era del partido y los dos sabíamos quien eras, así que imagínate cómo lo pasamos

 

ANTONIO.- ¿El que me trajo a Sevilla?

 

ROPERO.- No, el que se encargó de detenerte en el lugar donde estabas haciendo guardia,¿creo?,el Gordito y yo estábamos en la Plana Mayor y cuando el comandante no dijo que nos preparáramos que íbamos a detener a un comunista, nos cagamos. El Gordito no veas la pecha de llorar que se pegó luego de haberte detenido y el resto de los soldados nunca supieron nada. Pero para ti fue duro, porque lo vi en tu cara, pero para nosotros, porque tu no te fijaste en la nuestra, pero tela marinera

 

ANTONIO.- Me llevasteis desde el Almacén de Intendencia al cuartel y estuve pensando si me tiraba del Jeep y salía corriendo, porque tenía ropa de paisano en una pensión, a ver si podía escaparme. Pero como no sabía que pasaba, preferí esperar. Os hubiera buscado un buen lío, je,  je...

 

ROPERO.- Ojalá lo hubieras hecho, el Gordito estuvo tentado dos veces por decirte algo y menos mal que no lo hizo, porque sino hubiéramos sido tres los detenidos

 

ANTONIO.- Aquello era una prisión más que un cuartel.  Cuando volví al cuartel estuve siete u ocho días en la prisión y cuando salí los oficiales me miraban con un doble sentido: odio y miedo. Era una situación curiosa

 

ROPERO.- Pues nosotros llamamos por teléfono en cuanto pudimos, uno a su responsable de célula a Granada y yo Málaga, y ya nos dijeron que tu detención era una redada generalizada en Andalucía, lo que hoy le llamamos la Redada del 72.Así que historias como esta no estaría mal que la conocieran el Pablo y compañía y a lo mejor así se enterarían que ellos no son el ombligo del mundo.

 

ANTONIO.- Joder las vueltas que da la vida. Tantos años conociéndonos y resulta que me detuviste tu, pero esa la realidad de aquellos años.  Habíamos mucha gente luchando por la libertad contra la dictadura.  Nos tenemos que tomar una cervecita a la NO salud de los cabrones de Extremadura 15

 

ROPERO.- Cuando vaya a Sevilla te mando un mensaje y quedamos, siempre será mejor que pasar para el cuerpo de guardia y ver como estabas encerrado en el famoso patio de los calabozos y no poder ni mirar para no dar señales.